en la Rioja Alavesa.
Antes de ponernos en camino, repetimos desayuno en la cafetería de la esquina entre las
calles Marqués de Murrieta y calle de Las Canalejas, ya que en el día anterior nos habían
tratado muy bien, pero hoy no tuvimos la misma suerte. La camarera ( distinta del día
anterior ) muy poco atenta. Solo le falto tirarnos los platos volando por la mesa. Pero
bueno... peor para ella, ya que no volveremos a repetir aquí.
Un poco molestos por la situación, nos ponemos en camino hacia nuestra primera visita
del día: La Bodega Viña Real, perteneciente al Grupo Cvne:
http://www.cvne.com/web/bodegas.php?bod=2&Bodega-Vi%F1a-Real-Vino
La bodega Viña Real se encuentra en lo alto del Cerro de la Mesa, perteneciente a la Rioja Alavesa,
en la carretera A-124. Se encuentra a 10 km de Laguardia y 5 km de Logroño. Existe la posibilidad
de visitar únicamente la bodega, visitar la bodega con un curso de iniciación a la cata o visitar
la bodega con cata gourmet. En nuestro caso, nos habíamos decidido por la visita con introducción
al mundo de la cata. El precio de esta opción es de 15€ por persona.
A las 11h de la mañana comenzamos con nuestra visita por la bodega. La bodega Viña Real es
muy diferente a la bodega que visitamos el primer día en Haro, "Bodegas Bilbaínas". Está es
una bodega moderna, y en mi opinión un poco "fría". Supongo que la Bodega Cvne en Haro,
perteneciente al mismo grupo, será más tradicional y acogedora.
El primer área que visitamos alberga los tanques de fermentación.
Esta zona está muy optimizada, de tal forma que utilizando el carril circular que sobrevuela los
tanques, se pueda trasladar vino de un tanque a otro, en cualquier área de esta nave.
Además de que la bodega no transmite mucho que digamos, nuestra guía no ayudo mucho. Puede que
estuviéramos condicionados por la estupenda guía que tuvimos durante la visita a las "Bodegas
Bilbaínas", pero nos quedamos planchados a las primeras de cambio, cuando nuestra
guía perdió el hilo de su discurso, y no en una ocasión, sino en varias...
Volviendo a la nave, en el centro de la misma, podemos ver un pilar de columnas que dibuja
un cono que va desde el centro de la cúpula superior, perfora el suelo de la nave central,
y desciende hacia el piso inferior, donde se almacenan las barricas de roble que guardan los
caldos de esta bodega.
En el centro de esta nave se emplaza un mirador que permite divisar desde la sala del piso
inferior.
A continuación bajamos al piso inferior de la bodega. Quizás el valor arquitectónico más interesante
de esta bodega son dos zonas cilíndricas excavadas en el propio cerro de la Mesa, donde se guardan,
tanto barricas de roble en una de ellas, como botellas ya envasadas.
La temperatura constante que se mantiene en estas salas excavadas en la roca favorece la evolución
y madurez del vino.
A continuación visitamos la gran sala del piso inferior, dedicada al almacenamiento de barricas.
Esta es la sala que se puede divisar desde el piso superior.
Con esta sala termina la visita a la bodega. Volvemos a la zona de la recepción, donde tendremos
una degustación de dos vinos de la bodega, uno blanco y otro tinto.
Acabada esta degustación, nos espera el curso de iniciación a la cata, impartido por una de las
enólogas de la bodega. A diferencia de la guía que habíamos tenido durante la visita, la enóloga
nos demuestra su pasión por el vino y con sus indicaciones, ejemplos y anécdotas nos hace el
curso muy muy ameno. Durante el curso degustaremos un vino blanco, un rosado, un crianza y un
reserva. En mi caso fué bastante frustrante ya que mis sentidos del gusto y del olfato no
están muy entrenados, o por lo menos, no lo están para ser capaces de identificar las fragancias
y sabores que forman parte y caracterizan a cada uno de estos vinos.
Este curso dura algo más de una hora, y la verdad que lo recomiendo, por lo menos para tener
un contacto inicial y unas nociones básicas sobre como degustar un vino.
Cuando finaliza el curso, tenemos la posibilidad de comprar los vinos que ofrece esta bodega.
En nuestro caso nos decantamos por el vino blanco que probamos durante el curso.
Después de despedirnos, nos ponemos en camino hacia Laguardia, que se encuentra a unos 10 Kms
de la bodega, ya que tenemos previsto comer allí.
Debido a que el casco antiguo de Laguardia está amurallado, resulta difícil aparcar. Finalmente
conseguimos aparcar frente al "Hotel Marixa" - http://www.hotelmarixa.com , uno de los
lugares para comer que nos habían recomendado en la bodega. También nos habían recomendado
el restaurante "El Bodegón", dentro del casco antiguo, pero éste último es un poco más caro.
Decidimos dar una vuelta por el casco antiguo antes de comer. Accedemos al casco antiguo a través
de la Puerta Nueva o de Carnicerías (siglo XV), una de las cinco de acceso a la villa y que
nos conduce a la Plaza Mayor. Al llegar a la Plaza Mayor, nos dimos cuenta de que acababa de
terminar la danza de los autómatas del carrillón de la fachada del ayuntamiento. Esta danza
tiene lugar todos los días de Octubre a Mayo a las 12.00h, 14.00h, 17.00h y 20.00h.
Después de echar un vistazo a los restaurantes del casco antiguo, finalmente nos decidimos por el
restaurante Marixa. Nos decidimos por el menú del día, donde por 15€ por persona se come muy
bien y la atención de los camareros es excelente. El restaurante tiene dos espacios, uno de
ellos con vistas a unos viñedos cercanos. En mi opinión, el único detalle feo del maitre del
restaurante es que, aún habiendo mesas libres, no te permiten ocupar una mesa con vistas a los
viñedos si no vas a decantarte por comer de carta en vez de de menú. Quitando este pequeño pero,
el restaurante me parece muy recomendable.
Una vez terminada la comida, decidimos seguir con nuestra visita al casco antiguo. Esta vez
accedemos por la Puerta de San Juan Bautista, que forma parte de la torre del campanario de la
Iglesia de San Juan Bautista ( románico-gótica ), construida en los S.XIII y XIV.
interior de la iglesia, pero su exterior es bastante espectacular.
A continuación tomamos la Calle Mayor, un compendio de casas solariegas y palaciegas de los
siglos XV, XVI y XVII. Los escudos, balcones y aleros son una delicia para la vista.
Al fondo de la calle nos aguarda la Iglesia de Santa María de los Reyes, joya monumental de
Laguardia. La Iglesia, mezcla de estilos, fue edificada entre los siglos XII y XV. Su portada
es excepcional por conservar su policromía, del siglo XVII, cuando lo habitual es que se pierda
la primitiva pintura sobre la piedra.
A su izquierda se alza la Torre Abacial, una construcción militar reconvertida en campanario
del templo.
A la derecha de la Iglesia encontraremos un curioso parque que alberga varias estatuas,
en forma de mesas sobre las cuales encontramos objetos tales como zapatos, botas, maletines.
Por último llegaremos al paseo del Collado, donde cambiar los tonos de las piedras
por el verde de la vegetación y el azul del firmamento.
A las 17:30h teníamos reservada la visita a la bodega "El Fabulista"
http://www.bodegaelfabulista.com/castellano/ct_presentacion.html
Esta bodega incluye diferentes tipos de visitas. Algunos sábados ofrecen una visita
teatralizada y su precio es de 10€ por persona. Al reservar no teníamos claro el concepto
de "visita teatralizada".
El Fabulista es una bodega muy especial ya que es la única bodega que ha permanecido
en el interior del casco antiguo, y además se caracteriza por el uso del método de
elaboración y fermentación tradicional. Durante la visita, el primer lugar que nos muestran
es el lagar, donde aún se sigue pisando el vino de la forma tradicional.
se fermenta el vino.
El siguiente espacio contiene las barricas donde reposa el vino. A diferencia de las
bodegas que hemos visitado anteriormente, la producción de vino de la bodega es muy
pequeña. Es por esto que a pesar de producir vinos de más de un año almacenados en
barrica, al no cumplir el número mínimo de barricas, todos los vinos son etiquetados
como vinos jóvenes.
Finalmente llegamos a la sala donde se nos ofrece degustar 2 vinos de la bodega.
De repente, aparece un actor, disfrazado del fabulista Samaniego con el fin de
narrarnos diferentes fábulas, todas ellas muy picantonas... la verdad es que el
actor lo paso un poquillo mal, ya que había unos cuantos niños en la visita, pero
supongo que salvo el expediente. Al finalizar la degustación de los vinos, volvemos
a la recepción, donde compramos un lote de vinos de la bodega y nos marchamos.
Los vinos de esta bodega llevan en su etiqueta ilustraciones de las fábulas de
Samaniego.
Como conclusión de la visita, continúo pensando que la mejor bodega que hemos
visitado fue la de Bodegas Bilbaínas en Haro el primer día, aunque destacaría la
profesionalidad de los guías de esta bodega de El Fabulista, ya que además de los
innumerables detalles que proporcionan, hacen la visita muy amena.
Cuando abandonamos la bodega ya era noche cerrada y teníamos que ponernos en camino
hacia Logroño. Al llegar a Logroño, no hubo manera de encontrar aparcamiento cercano
al hotel. Después de una hora dando vueltas, al final nos tuvimos que meter en el
Parking de Gran Vía Rey J. Carlos I. Al salir del Parking, y teniendo en cuenta que se
puso a llover, decidimos buscar algún sitio para cenar algo por la misma Gran Vía.
Entramos en una cervecería de pinchos y tostas cercana a la cafetería El Faborit, y allí picamos
un poco. Después entramos en El Faborit, donde cogimos algo dulce y unos cafés calentitos
para llevarlos al hotel. Postre en mano, nos marchamos hacia el hotel poniendo fin a otra
jornada bastante intensa.
Continúa la lectura de este diario en la entrada "La Rioja - Dia 4 - Museo de la Cultura
del Vino Dinastía Vivanco en Briones. Vuelta a casa"
http://losviajesdeunmapache.blogspot.com/2012/11/la-rioja-dia-4-museo-de-la-cultura-del.html